miércoles, 27 de julio de 2011

Historias: Joseph Coiffure. De agricultor a panadero y Peluquero

EL AGRICULTOR
Invertía hasta la última gota de su energía para extraer con ligereza los pompones de algodón y depositarlos en bolsas de arpilleras. Un avión a chorro pasaba en lo alto indicando el fin de la jornada. Era como un gran reloj, quizás, uno de los pocos disponibles en Pastoreo, Caaguazú, que indicaba las 11:15 AM, hora de dejar las labranzas; despedirse de su padre y junto a sus hermanos, caminar descalzos unos 5 km. hasta llegar a la escuelita del pueblo, una pequeña choza de madera, donde José Espínola aprendería sus primeras letras.
Empezó desde los cinco años, juntando algodón

Al día siguiente, antes que el sol despunte, José ya se encontraba de pie, ordeñando, junto a su madre, las vacas lecheras, e indicando así a su eterno rival, el astro rey que ese día, al igual que los anteriores, ya le había ganado de antemano.

La elaboración casera de queso y dulce de maní era un ingreso adicional de la familia. También, la producción de melón, piña, sandía, mandioca, maíz y poroto formaban partes de la economía que movilizaba a los esposos Espínola y sus 11 hijos.

Empezó desde los cinco años, juntando algodón, vendiendo frutas y leche en las calles del pueblo, su vida estuvo rodeada del campo, su papá tenía una chacra, donde producían leche, queso, su mamá siempre fue muy trabajadora, hacía el dulce de maní en pan que vendían en el pueblo, señaló José Espínola, conocido como Joseph.

EL PELUQUERO
En 1986, tras un año de haber culminado la secundaria, dejó su natal Pastoreo. Su único sueño era ganarse la vida por sí mismo, aún no sabía cómo, pero se tenía fe. El primero que encontró fue un trabajo remunerado como ayudante de albañil en la Algodonera Paraguarí. El ingreso que obtuvo le permitió partir rumbo a Asunción.

En la capital encontró trabajo en una panadería. "Llegué a ganar quinientos guaraníes diarios. Empecé siendo empaquetador de panes y después empecé a hacer los panes, dos o tres días me hacían trabajar a la noche luego aumentaron los días pero, cuando vieron que era ágil, me dieron el turno de la mañana".

Los dos años y medio que trabajó como panadero fueron suficientes para que comprendiera que ese no era su rubro. "Fue ahí que decidí buscar lo mío. Comencé a estudiar en el Servicio Nacional de Promoción Profesional SNPP, para convertirme en electricista.” Pero el destino tenía otros planes para mi.

"En una oportunidad hicimos un trabajo grupal entre compañeros en una casa vieja, ahí recibí una descarga eléctrica que me tiró contra la pared. Ese día fui a la casa de una tía que vive en San Lorenzo y ella me preguntó: "¿para qué estudias esto?, ¿por qué no estudias peluquería?, ahí sólo vas a poner en peligro tu dedo y no tu vida". A los 24 años de edad inició sus estudios de peluquería en el Instituto Ramiro.
"Al comienzo me preguntaba qué hacía en ese lugar, yo me había criado en el monte y ahora me encontraba en una peluquería. Pero, cuando presenté mi primer corte, todo cambió. Mi profesora me preguntó si yo ya había cortado antes. Le dije que nunca había cortado que jamás corté, ni siquiera a un burro. Según la profesora mi primer corte fue excelente, por que no había hecho ninguna escalera.

Tres meses después, José Espínola se presentó a un campeonato nacional de peluquería en Guarambaré; donde realizó la representación del Peinado Cleopatra, que le valió el primer puesto del concurso. Trascurridos nueve meses de estudio, habiéndose recibido de peluquero, y luego de sortear malos momentos, comenzó a trabajar en un conocido salón de belleza de la época, pero no en su profesión, sino como limpiador. El empleo le dejaba cinco mil guaraníes por semana.

Todo cambió un día, cuando la clientela se agolpaba en el pequeño salón y José Espínola, sin ser visto por su jefe; tomó la iniciativa de realizar su primer corte. Me anime quería cortar. Le puse la capa a una señora que me preguntó: "¿quién me va a cortar? Le respondí: "yo señora". Se dio la vuelta y me volvió a preguntar: "¿vos sabes cortar? Le dije: "No se preocupe, le voy a hacer un buen corte". La señora accedió, y le hice un corte espectacular. Luego, se levantó y me dijo que nadie en su Vida le había cortado así. Esa misma tarde, hice dieciocho cortes. Todo el mundo se cortó conmigo", "ahí empezó mi carrera. Cortaba doce, trece horas por día, me quedaba hasta el último cliente".
Cortaba doce, trece horas por día

El siguiente paso fue abrir su propio local. El 21 de Julio de 1991, con un millón y medio de guaraníes, alquiló y equipó un pequeño salón de tres por tres metros, ubicado frente a la Terminal de Ómnibus. "Entonces, fui junto a una ex compañera y presté de ella un espejo, un lavatorio de madera y una silla. Compré seis tinturas, líquido permanente, productos, toallas, y otras cosas. Con lo que sobró compré cal y pintamos todo el local en blanco. Así empecé, no tenía ni sillón de espera. Nada".

Los primeros tiempos fueron duros, dormía arriba, en un altillo. A los seis meses le traje a mi hermano del interior. Así, iba trayendo de a uno los hermanos de acuerdo a las posibilidades. Luego compré un terreno y construí para mi casita. Ahí vivíamos todos juntos. Con el tiempo también les pude traer a mis padres.

EL MANAGER
Dieciocho años de trabajo sin descansar sábados y domingos permitió que el salón fuera ampliándose. El resto de la historia es conocido. Los lujosos salones Joseph fueron abriéndose en distintos puntos de la capital, luego vinieron las franquicias y un alto posicionamiento como vendedor de los principales productos de estética.

El secreto de Joseph se trata de una combinación de alegría, pericia, energía y orientación al trabajo en equipo. "La sonrisa es el reflejo del alma de la persona, con una sonrisa se logra mucho. Una sonrisa sólo se le da a una persona estimada. Dale, sonrisa, mucha sonrisa, pero no una sonrisa fingida".

El empresario nombró además que, "el valor humano que nos inculcaron nuestros padres fue fundamental. Ese es el soporte de mi vida".
Joseph pone mucho énfasis no solamente en la calidad humana de su equipo de 450 personas, sino también en su calidad profesional. Les brinda apoyo para que puedan terminar el colegio, por lo que algunos cursan sus estudios en el colegio Pablo Ávila, por la noche.
Adicionalmente, montó el Instituto de Capacitación Joseph, donde sus funcionarios se capacitan a diario en técnicas de peluquería, así como en técnicas de venta, marketing, relaciones humanas, entre otras asignaturas.

Joseph reconoce que la base del éxito y expansión de su cadena de salones de belleza se debe a la solidez de su equipo. "Yo confío más en la semilla (la gente que se formó en Joseph), esa es la esencia de la empresa. La semilla consiste en formar a la gente. Costó mucho armar el gran grupo que tengo y creo que logramos formar un buen equipo".
Costó mucho armar el gran grupo que tengo

Hoy, Joseph apunta a seguir expandiéndose en el mercado local, con el shopping de la belleza en ciudad del Este, crear una revista de belleza y bienestar y no descarta que de aquí a poco abra locales en las principales capitales de la región. "Ese siempre fue mi sueño y lo voy a lograr. Cuando tomo una decisión no paro hasta concretarla. Yo tengo eso, un poder de decisión que cuando decido, decido. Con todo lo que hago en mi vida, siempre fui así y hasta hoy día,

Fuente: www.joseph.com.py/

6 comentarios:

  1. mi sueño es ser una peluquera profecional y trabajar en la peluqueria mas famosa de asuncion la verdad que todas las personas famosas de aora fueron muy pobres con mucho esfuersos salen adelante como jocep

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  2. Me impresiona muchísimo su historia José, Por fortuna todo sus sacrificios han dado sus frutos muy merecidos. Un saludo desde Zaragoza (España)

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  3. Josehp es un Gran Líder Dios y Mamita María le van a llenar de Bendiciones

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  4. Es tan cierto su biografía. Yo habré sido una de sus primeras clientas. Hasta hoy día. Da gusto ir a su peluqueria, no esperas 1 segundo para que te atiendan., son profesionales. Me siento una Reina.

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