El horrendo crimen ocurrió en Carretera López casi San Isidro, en el barrio San Antonio (zona de Villa Policial de Lambaré) y en donde resultó víctima Javier Eduardo Ferreira, quien se encontraba en un taller de motos, esperando la compostura de una cuaciclón de su propiedad que había llevado al lugar.
Ferreira aguardaba que los mecánicos del taller Radical Racing ajustarán las piezas de su cuaciclón cuando un desconocido se acercó y le disparó a quemarropa, hiriéndolo en un brazo. El joven intentó huir pero en su desesperada carrera cayó cerca de la calle cuando fue alcanzado por su victimario.
El sicario se acercó hasta Ferreira y con su ametralladora Uzi apuntó a la cabeza del joven y roció de balas el cuerpo del infortunado joven. Según los datos de la fiscala Gladys González, fiscala interviniente, el cuerpo acusado más de 20 impactos de bala.
Por la frialdad del asesino, así como la poderosa arma utilizada, los investigadores de la Policía suponen que se trataría de un caso de ajuste de cuentas, presumiblemente ligado al narcotráfico, aunque las investigación está en fase inicial.
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