lunes, 5 de septiembre de 2011

Dalia dijo que la mantuvieron con el rostro cubierto, según empleado de gasolinera


Dalia Scappini comentó a los empleados de la estación de servicio de Capiatá -donde pidió ayuda tras ser liberada- que sus captores la mantuvieron con el rostro cubierto, y que escuchó mencionar que estos hablaban constantemente del kilómetro 23 y 24.


Darío López, el cajero de la estación de servicio que prestó su aparato celular a la mujer para que se comunicara con su familia tras haber sido liberada en las inmediaciones del Autódromo Aratirí, comentó este lunes su experiencia en contacto con radio Monumental 1080 AM.
Comentó que la mujer llegó a la estación vestida con un jeans y un quepi y el pelo recogido, por lo que el cajero dijo que no la pudo reconocer. Estaba llorando, tenía mucho miedo y pidió que la ocultaran. También solicitó que no se comuniquen con la Policía porque acababa de ser liberada.
"Ella entra y me pide mi teléfono, sin decirme otra cosa. Como que estaba llorando me supuse que tenía un problema y le di", relató.
"Llamó a decir que estaba en tal estación y empezó a llorar nuevamente", agregó.
Mientras aguardaba a sus hermanos en la gasolinera de Capiatá, la víctima dijo que la tenían secuestrada desde el martes. Fue allí que le preguntó si era Dalia, y ella respondió que sí y seguidamente les pidió la ocultaran porque tenía mucho miedo. Es así que fue llevada a un depósito de la estación de servicio, donde estuvo escondida unos 25 minutos.
El empleado del emblema igualmente dijo que la mujer les comentó que desde el martes la tenían con el rostro cubierto y que escuchó decir que ciertas personas hablaban del kilómetro 23 y 24.
En un momento dado, según dijo el joven, Dalia casi se desmayó, por lo que le dieron agua y chocolate. "Estaba muy shockeada", comentó.
"Fue emocionante, no me esperaba eso", señaló López al referirse a la situación que le tocó vivir.
Dalia fue liberada en la zona de Capiatá en la noche del domingo, tras 6 días de cautiverio, sin pagar rescate.

Otro testimonio

También en contacto con radio Monumental AM, este lunes, Diego Báez, un cliente que llegó a la gasolinera a comprar algunas cosas cuando Dalia estaba ya en el lugar, dijo que cuando vio a la secuestrada ella estaba temblando y llorando.
Asimismo, señaló que ella les pidió que por favor la escondan y que lo único que se les ocurrió en ese momento era llevarla al depósito de la gasolinera, mientras aguardaba a sus familiares. "Allí empezamos a charlar con ella. Fue una experiencia bárbara", manifestó.

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